¿Cómo se recibe la fortaleza?
La fortaleza se recibe cuando buscamos Su voluntad y no la nuestra. Con ternura nos dice: “Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones” (D. y C. 112:10). Él es el camino y sólo mediante Él tendremos éxito.
¿Qué dice la Biblia sobre la fortaleza?
Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian (Nah 1:7). ¡El SEÑOR Dios es mi fortaleza! Él hará mis pies como de venados y me hace andar sobre las alturas (Hab 3:19). Misericordia mía y castillo mío; mi refugio y mi libertador; mi escudo en quien he confiado; el que sujeta los pueblos debajo de mí (Sal 144:2).
¿Qué dice la Biblia sobre la fortaleza de los cansados?
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Sal 46:1). Isaías 40:29. El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece (Is 40:29). Salmos 59:17. A ti y a tu poder cantaré salmos, porque tú, Dios mío, eres mi fortaleza; ¡eres mi Dios de misericordia! (Sal 59:17).
Misericordia
El Libro de Mormón comienza narrando la historia de un hombre justo llamado Nefi. Desde el comienzo del libro podemos encontrar las cualidades de Nefi que nos hacen querer ser como él: justo, obediente, leal, diligente y paciente entre muchas otras cualidades. Pese a su gran ejemplo, este profeta no estuvo exento de dificultades.
Bendiciones futuras
Para la siguiente escritura podemos tomar como ejemplo hasta la más sencilla aflicción, piensen en alguna ocasión en la que has estado enfermos, una gripa que podría durar semanas o una enfermedad estomacal que les haya causado dolores constantes.
No estamos solos
Ahora imaginemos que estamos en casa con algunos amigos, disfrutando de alguna actividad todos juntos. En ese preciso momento llega mamá o papá, tu esposo o esposa o quien tú quieras, y te pide que vayas a algún lugar, es algo muy importante y debes hacerlo ahora.
Alguien ora por nosotros
Pese a todas las aflicciones que podamos enfrentar, la gran mayoría de nosotros nunca estamos solos. Siempre hay alguien que se esforzará por decirnos palabras de consuelo, ánimo y paz. Muchas veces son nuestros padres, algún hermano, un amigo o amiga, algún líder de la iglesia. Dios nos envía a personas comunes para darnos esperanza.
Hallamos consuelo
La siguientes dos escrituras no necesitan presentación. Comenzando con la sección 121 de Doctrina y Convenios. José Smith echado en prisión injustamente, se siente incapaz de poder ayudar a los miembros de la iglesia que sufren persecución. El Señor lo consuela haciendo mención de sus buenos amigos.
Habacuc 3:17-19
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;
2 Corintios 12:9-10
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
1 Pedro 5:10
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
1. Dios nos sostiene
No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10)
2. Contamos con la ayuda de Dios
Dios nos concede la fuerza que necesitamos en medio de nuestras dificultades y pruebas. Él pone escudo protector a nuestro alrededor, podemos confiar que su ayuda y su defensa llegarán en el momento preciso. No olvidemos ofrecerle cánticos de gratitud por todo lo que él hace a nuestro favor.
3. Su poder está en nosotros
Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
4. Nuestra herencia
Si nos enfocamos en nosotros mismos, en nuestros cuerpos frágiles y en nuestras imperfecciones, desfalleceremos. Recibimos fortaleza cuando ponemos nuestra mirada en Dios, en su poder y en la herencia de vida eterna como hijos suyos. Nuestros problemas aquí son pasajeros, pero nuestra herencia es eterna, llena de salvación y gozo.
6. El gozo de Dios nos fortalece
Muchas veces nos desanimamos al ver la magnitud de nuestros problemas y hasta podemos sentir que perdemos la esperanza. Debemos mantenernos cerca de Dios y pedirle que nos renueve con su gozo, que nos ayude a fijar nuestros ojos en su poder y en la fortaleza que él nos da.
8. Dios es más grande que las circunstancias
Nos agobiamos al fijar nuestros ojos en las circunstancias que nos rodean. Debemos aprender a enfocarnos en la grandeza y el poder de Dios pues no hay nada ni nadie más grande o más poderoso que él.
10. Mi fortaleza viene de Dios
Los hijos de Dios podemos avanzar en cualquier situación porque nuestra fortaleza viene de Dios. El apóstol Pablo había vivido en medio de escasez y también en abundancia. Pero se mantuvo firme y gozoso en todo momento porque la presencia y la fortaleza de Dios lo sostuvieron.