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¿Dónde nació el profeta Jeremías?
Biografía del Profeta Jeremías: ¿Dónde Nació el Profeta? Jeremías nace hacia el año 650 a.C., en una ciudad judía llamada Anatot (Jr. 1,1) en la Tierra de Benjamín a unos 6 kilómetros al norte de Jerusalén.
¿Qué pasó con Jeremías?
Tiempo después, Jeremías, criticó la decisión de Joaquín de rebelarse contra la autoridad babilónica. Fue perseguido por Joaquín, quien al tiempo murió en un enfrentamiento, cuando Babilonia atacó Jerusalén. Se empeñó en limitar y vencer el avance de la idolatría y de las inmoralidades que emanaron del pueblo judío.
¿Cuáles son los aspectos llamativos del libro de Jeremías?
Uno de los aspectos llamativos del libro de Jeremías es que la situación del profeta era extremadamente difícil. Su lugar de trabajo (entre las élites que gobernaban Judá) era corrupto y hostil para el trabajo de Dios. Jeremías estaba en peligro constantemente, pero pudo ver la presencia del Señor en las situaciones más difíciles.
¿Cuál es la figura de Jeremías?
Jeremías, falsamente acusado, azotado y arrojado a esa horrible cisterna, es, especialmente aquí, una figura del Señor Jesús. El final del versículo 6 nos hace pensar en el Salmo 69:2 : “Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie”. Es una imagen de los sufrimientos y de la muerte de Cristo.
¿Cuál fue el mensaje del profeta Jeremías?
El mensaje que quiere transmitir el libro de Jeremías es de esperanza. El profeta a lo largo de su vida trata de que el pueblo elegido se convierta a su Dios. Su tarea se desarrolla en medio de una historia de desastres para Judea. Y a pesar de todo su mensaje es anuncio de esperanza y salvación.
¿Que nos enseña Jeremías 1?
El capítulo 1 de Jeremías contiene lo que el Señor le dijo a él sobre su misión. Al leerlo, considera qué sentirías si estuvieras en el lugar de Jeremías. Reflexiona también sobre lo que el Señor te ha llamado a hacer y la preparación que necesitarás a fin de tener éxito.
¿Qué enseñanza nos da Jeremías 20?
Jeremías profetiza contra el hombre que lo pone en el cepo, pero también habla como si estuviera desalentado por su situación. A pesar de haber hecho lo que el Señor quería que hiciera y haber dicho lo que el Señor quería que dijera, estaba sufriendo debido a que había sido obediente.
¿Cuál es el tema principal del libro Jeremías?
Un tema que prevalece a lo largo de todo el libro de Jeremías es que así como Jehová había cuidado de los de Su pueblo cuando fueron destruidos, Él también los juntaría, restauraría y fortalecería (véase Jeremías 31:28).
¿Qué dice Jeremías capítulo 1?
5 Antes que te aformase en el vientre, te conocí; y antes que nacieses, te santifiqué; bte di por profeta a las cnaciones. 6 Y yo dije: ¡Ah, ah, Señor Jehová! He aquí, no sé ahablar, porque soy bniño. 7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy niño, porque a todo lo que ate envíe irás tú, y dirás todo lo que te bmande.
¿Que nos enseña Jeremías 1 10?
Como hemos visto, Dios preparó a Jeremías desde antes de su nacimiento para el trabajo de profeta (Jer 1:5) y, en el momento oportuno, lo designó para dicha labor (Jer 1:10). Jeremías respondió con fidelidad al llamado de Dios para su trabajo y Dios le dio el conocimiento que necesitaba para realizarlo (Jer 1:17).
¿Cuando dice que Jeremías oraba y lloraba?
El capítulo 9 es un ejemplo del “llanto” de Jeremías por la inminente destrucción de Judá debido a que continuaban adorando ídolos y confiando en ellos. Jeremías 10 termina con una oración muy triste.
¿Cuál fue la afliccion de Jeremías?
Durante sus cuatro décadas como profeta de Dios en Jerusalén, Jeremías recibió burlas constantes y fue el hazmerreír entre los habitantes de la ciudad. De hecho, se libró por poco de varios complots en contra de su vida (Jer 11:21; 18:18; 20:2; 26:8; 38).
¿Cómo fuego en mis huesos Jeremías?
9 Y dije: No me acordaré más de él ni hablaré más en su nombre; pero fue en mi corazón como un afuego ardiente metido en mis huesos; me esforcé por contenerlo, pero bno pude. 10 Porque oí las difamaciones de muchos: ¡Terror por todas partes! ¡Denunciadle, denunciémosle!
La vida y los tiempos de Jeremías
Jeremías sirvió como uno de los profetas de Dios a lo largo del gobierno de cinco reyes de Judá (Josías, Joacaz, Joaquín, Joaquín y Sedequias). Incluso abogó en el pleito de Dios contra Judá durante el tiempo de la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios en el 586 a.C. (Jeremías 1:3; 52:7-11).
Restauración del pacto con Dios
Jeremías creció en una generación que vio cómo eran derribados los lugares altos de adoración paganos: altares, columnas, imágenes e incluso algunos santuarios que datan del rey Salomón (2 Reyes 23:10-15). Al comienzo del ministerio profético de Jeremías, el rey Josías de Judá tenía sólo 21 años.
El desafío de Jeremías
Dios llamó a Jeremías a su ministerio profético alrededor de un año después de que el rey Josías comenzara a guiar a la nación a una gran reforma debido a la idolatría generalizada promovida por su padre, Amón, y su abuelo, Manasés (2 Reyes 21:10, 20).
Causa y efecto
Dios le dijo a Jeremías que anunciara la destrucción de Jerusalén a manos de los invasores del norte (Jeremías 1:14-15; 4:6; 6:22-23). El pueblo de Dios había quebrantado su pacto con Dios (Jeremías 11:10).
Jeremías es perseguido
Cuando el rey Josías murió, las penurias de Jeremías como profeta de Dios aumentaron. Su mensaje despertó gran hostilidad y amenazas de muerte, especialmente en su ciudad natal, Anatot (Jeremías 11:21). Aun sus propios parientes conspiraron contra él y lo traicionaron (Jeremías 12:6).
Los mensajes de Dios a través de Jeremías
El mensaje que Dios envió al pueblo a través de su profeta fue que el pueblo necesitaba regresar a Dios. Otro mensaje era el juicio inminente de Dios sobre Judá.
Un mensaje para nosotros hoy
Dios es misericordioso y paciente al tratar con los pecados y la ignorancia de los hombres, pero no soportará sus pecados para siempre (Éxodo 34:6-7). Dios envió muchos mensajeros al antiguo Israel exhortando al pueblo a volver sus corazones a Dios antes de enviar la corrección (Nehemías 9:30; Jeremías 25:4-7).
1 - Jeremías 1:1-19
El libro de Jeremías nos retrotrae al tiempo de los últimos reyes de Judá antes de la cautividad. La aparición de un profeta es siempre el indicio del mal estado del pueblo de Israel, pero también una prueba de la gracia de Dios.
2 - Jeremías 2:1-18
Las primeras palabras que Jehová pone en boca de Jeremías están destinadas a reconquistar el corazón de su pueblo olvidadizo… ¡fiel imagen de nuestro propio corazón! Y es como si el Señor nos preguntara con ternura: ¿Te acuerdas de ese tiempo feliz que siguió a tu conversión? Entonces, ¡cómo ardías de celo y reconocimiento! Por cierto, andabas en este mundo como en un desierto, “en tierra no sembrada”.
3 - Jeremías 2:19-37
El abandono del primer amor siempre es el punto de partida —oculto al principio— de muchos otros males. Dios había sacado a Israel fuera de Egipto para que le sirviera ( Éxodo 4:23 ). Y vemos cómo este pueblo le declara descaradamente: “No serviré” (v. 20; comp. en Nehemías 3:5 el ejemplo de los jefes tecoítas).
6 - Jeremías 6:16-30
Poco a poco, el profeta cambia de tono. A los acentos del amor divino les suceden los de la ira. Jehová se dispone a “visitar” a su pueblo con juicio (v. 6 y 15; Isaías 10:3 ). Se servirá de un enemigo que viene del norte (v.
7 - Jeremías 7:1-20
Jehová envía a Jeremías a la puerta del templo para pronunciar allí un severo discurso, porque el pueblo de Jerusalén, pese a su rebelión, se ufanaba ruidosamente de poseer “el templo de Jehová” y seguía practicando en él un culto puramente formal. ¡Qué inconsecuencia! Lo que le daba valor al templo ¿no era Aquel que lo habitaba? ( Mateo 23:21 ).
8 - Jeremías 8:1-22
El versículo 3 del capítulo 5 nos mostró que Israel ni siquiera sentía los golpes que Jehová había tenido que darle. Aquí vemos cómo sus responsables se curan a sí mismos las heridas “ con liviandad ” y pretenden la paz que Dios no les podía dar (v. 11; 6:14).
10 - Jeremías 10:1-25
Si bien existe un antiguo y buen camino por el cual hemos de preguntar (cap. 6:16), hay otro que debemos guardarnos de aprender (v. 2): el de las naciones o, dicho de otro modo, el del mundo. De hecho, todos nuestros contactos con éste tienden a impregnarnos de sus maneras de vivir y de pensar.