Cristo, nuestro abogado
2 Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado[ a] tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 El mismo es la propiciación[ b] por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. 3 Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos.
Mandamiento sobre el amor fraternal
7 Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido[ d] desde el principio; el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído. 8 Por otra parte[ e], os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando.
No améis lo que está en el mundo
12 Os escribo a vosotros, hijos[ g], porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, niños, porque conocéis al Padre.
Advertencias contra el anticristo
18 Hijitos[ i], es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora.
B. Juan se dirige a sus lectores de acuerdo a la medida de madurez espiritual
Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
C. Ataque a nuestra comunión con Dios: lo mundano
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
D. Un ataque a nuestra comunión con Dios: una falsa religión
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
E. Permaneciendo: preservando nuestra comunión
Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.